Fue cuando traté de llamar tu nombre que me dí cuenta de lo sucedido.
Tenía miedo de que no hubiera respuesta y, lamentablemente, es así como ocurrió.
Ah, ¿cuál es mi suerte si no logré decirte cómo te quería?
Te adoraba como a mi mismo y esto es tan triste que podría gritar tu nombre en la forma más melancólica y cruel posible. En tu lecho de muerte.
Ah, revive para mi un solo segundo. Revive y dime que me querías a mi también porque es la falta de una respuesta a mis sentimientos lo que me hace sentir vacío, casi inexistente.
¿Qué es de mi si no estoy para ti? ¿Seguir con mi vida? No gracias, no quiero si es que tú ya no estás conmigo, aquel no es mi destino.
Un rincón para compartir pensamientos y disparates variados. Un aviso: Suelen ser demasiado cursi, como el alma que me constituye.
miércoles, 22 de abril de 2015
Quizás hoy no es mi día.
Es bello verte a ti mirarme con aquellos ojos llenos de dulzura, de un jugueteo sutil casi envolvedor, seductor como tus labios que con simple murmuros me conquistan sin mayor trabajo. Oh, ¿cuántas noches sin conciliar sueño por esos labios?
A veces pienso, y esto es malo, ¿dónde terminas tú y dónde empiezo yo?
Ah, que los suspiros escapan mis labios cada vez que tus dulces ronrroneos llegan a mis oídos. ¡Que magnificiencia de persona, que increible apariencia, que inalcanzable belleza!
Que mis exclamaciones lleguen a tus perfectos oídos es un placer tan grande que podría dejar este mundo en este instante. Oh, tal es mi admiración y tal es mi adicción que haría lo que sea por satisfacerte, mi vida. Eres perfección y que no te lo nieguen.
Dame un poco de tiempo, cariño. Si es que te tengo tan cerca, podrías abandonarme.
Ah, cruel adicción, ¿qué es lo que guardas dentro de ti? Lo quiero todo, todo, todo.
Es bello verte a ti mirarme con aquellos ojos llenos de dulzura, de un jugueteo sutil casi envolvedor, seductor como tus labios que con simple murmuros me conquistan sin mayor trabajo. Oh, ¿cuántas noches sin conciliar sueño por esos labios?
A veces pienso, y esto es malo, ¿dónde terminas tú y dónde empiezo yo?
Ah, que los suspiros escapan mis labios cada vez que tus dulces ronrroneos llegan a mis oídos. ¡Que magnificiencia de persona, que increible apariencia, que inalcanzable belleza!
Que mis exclamaciones lleguen a tus perfectos oídos es un placer tan grande que podría dejar este mundo en este instante. Oh, tal es mi admiración y tal es mi adicción que haría lo que sea por satisfacerte, mi vida. Eres perfección y que no te lo nieguen.
Dame un poco de tiempo, cariño. Si es que te tengo tan cerca, podrías abandonarme.
Ah, cruel adicción, ¿qué es lo que guardas dentro de ti? Lo quiero todo, todo, todo.
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