viernes, 9 de enero de 2015

Dulce.

Tos, tos, tos,
que me mata lentamente.
Oh, bendita enfermedad
que nadie la detiene
y nada la alivia,
mis trazos la olvidan.

Trazos,
sin color, sin emoción
¿cómo serán los tuyos?
la ventana no me dice
y es lo que más quiero saber.

Un dulce cayó del cielo,
un dulce que odio,
su dulzura
que permanece una eternidad
y yo que quiero olvidar.

Déjame trabajar
en mi lienzo sin color
¿no ves que a mi mundo
lo llenas de color?

Dulces,
de colores,
eso te describe.
Siempre los comes
y siempre me sigues.

Si mi enfermedad es grave
¿a quién le importa?
si a aquella persona no,
tus dulces no entrarán en mi boca.

Tos, tos, tos,
mi pincel se detiene,
y mis pies se mueven
"vayamos a casa,
juntos".

¿Un atajo?
Supongo,
pero este es mi camino,
no el tuyo, amigo.

Si ahí está,
inevitable será
su radiante aura
sus bellos colores
sus ojos al crear
y su boca al murmurar.

Sí, lo haz de descubrir,
por que es que
rumores corren de mí.

Un dulce cayó del cielo,
y me golpeó en la cara
para decirme que me amaba.